Actualmente nuestro país genera 23 millones de toneladas de residuos anuales, divididos en tres tipos: 13 millones de residuos industriales no peligrosos, 8 millones de residuos domiciliarios y 0,62 millones de residuos industriales peligrosos.
Frente a estas alarmantes cifras como compañía nos mantenemos en la búsqueda constante de las mejores alternativas para entregar soluciones ambientales seguras de revalorización y tratamiento de residuos, contribuyendo así al cuidado del medio ambiente y el desarrollo sustentable de Chile.
Contamos con servicios que aportan a la economía circular del país, destacando -entre otros- la valorización de residuos, gracias a lo cual podemos generar combustible alternativo líquido (CAL) y sólido (CAS), producto de los desechos industriales generados. Con esto ayudamos a disminuir la cantidad de residuos que son dispuestos para eliminación final, transformándolos en productos que son fuente de valor para otras industrias.
Daniela Mancilla, ingeniera de Negocios del área Centro de Hidronor, explicó a Reporte Sostenible cómo generamos estos productos de valor, utilizando RILes (Residuos Industriales Líquidos) que cuenten con poder calorífico, tales como aceites y lubricantes desechados, solventes, pinturas, entre otros.
“Chile genera un aproximado anual de 200 mil toneladas de estos residuos con poder calorífico, y en Hidronor generamos estos CAL a través de tratamientos y coprocesamiento de los mismos, los cuales designamos principalmente a empresas cementeras como reemplazo de combustibles fósiles para ser utilizado en sus hornos”, destacó la ejecutiva.
No obstante, contamos con un equipo especializado de ingenieros dedicados al desarrollo de nuevos proyectos relacionados con el reciclaje y la revalorización de distintos tipos de residuos. Actualmente estamos trabajando en el desarrollo de la generación de CAS en base a residuos sólidos con poder calorífico.
“Hablamos específicamente de papeles, cartones, plásticos, filtros de aceite o maderas que recibimos en nuestras instalaciones y que están contaminados con hidrocarburos o solventes. Una vez separados procedemos a la trituración de los mismos hasta un tamaño específico que nos solicita el consumidor final (empresas cementeras), los que luego son utilizados para la quema en hornos como combustible alternativo, disminuyendo así la huella de carbono y las emisiones al medio ambiente”, agrega Mancilla.
¿Le interesa conocer este tema con más detalle? Revise la entrevista realizada por Reporte Sostenible a nuestra ejecutiva, aquí.
